miércoles, 21 de enero de 2015

Mi voz serà callada, pero mis manos hablaràn

 (Viene de entrada anterior) 
Han finalizado de almorzar. Nuevamente están en la biblioteca. El Sacerdote, sentado frente al escritorio,  deja el tubo del teléfono sobre el aparato y con un bolígrafo comienza a escribir en un papel en blanco, de los tantos que hay sobre el escritorio. Deja el bolígrafo sobre un secante y entrega el papel a La Mujer que está sentada frente a él. Lo recibe y lo lee.
- Es el nombre del hombre que si puede la ayudará con el Rey Abdulá II  y número móvil. Ranim. Se llama Ranim. Y aquí tiene un mapa de la frontera Israel-Jordania. También, tiene informaciones, de la ciudad, que le serán útiles. El guía-traductor la espera en la entrada de la Taberna Armenia, que está cerca de la puerta de Jaffa.  La cita es esta noche a las 21hs.
La Mujer nada dice. Queda en silencio mirándolo.
- No se preocupe. Es hombre de confianza nuestra. Si la cita en ese lugar y hora es porque finaliza otro trabajo de guía que está realizando. Si se siente cómoda con él y lo contrata, muéstrele el nombre que le escribí en este papel. El hará que ustedes puedan encontrarse.
-¿Los dos hombres son de su confianza?
- Si. Son personas de nuestra confianza- El hombre con el cual se encontrará esta noche, Asad, muchas veces trabajó como guía de peregrinos hospedados aquí.  Otras veces como traductor. Y a Ranim, lo conozco desde hace algunos años. El cree que siempre estará en deuda conmigo, porque sin conocerlo, me pidió ayuda para una mujer y sus niños y, por supuesto, los socorrí. Después de tres meses, me dijo que la mujer y los niños, eran su esposa e hijos que venían huyendo de Cisjordania. No tenían dónde vivir y pensó en nosotros. Yo fui quien lo atendió cuando llamó a nuestra puerta, una fría noche de invierno. El recuerdo de esa imagen, cuando abrí la puerta, quedó muy grabado en mí. El frío, el viento, los niños, la pobre mujer unos pasos detrás de él. Y el pobre hombre mirando temeroso hacia todos lados. Claro, temía a los guardias israelitas. Ni permití que terminara de explicar. Urgente los introduje y busqué en las planillas un cuarto amplio para ellos. Hallé uno de tres camas y pidiéndole que me siguiesen, los llevé al cuarto. En sus caras sucias, vi el asombro y la alegría. Los niños que eran cuatro, continuaban alrededor de su madre que miraba a su esposo y a mí continuamente. El me dijo que más adelante podría pagarme. En ese momento no tenía casi nada de dinero en sus bolsillos. Y yo, por supuesto, nunca, jamás le cobré nada mientras estuvieron cobijados en esta casa. Ni comida ni cuarto. Mi superior autorizó mi acción y esta familia pudo vivir bajo este techo, durante dos años. Ayudamos a que tenga su propia casita y ahora es una de las tantas familias que nos recuerda agradecidas por la ayuda brindada. Creo que Ranim la ayudará. Es un hombre fiel. Ya le expliqué por teléfono cuál es su necesidad.  Hoy mismo se pondrá en contacto con su primo y hoy, antes del ocaso, usted tendrá una respuesta.
- ¿En qué trabaja?
- Carpintero. A fuerza de sacrificios, logró tener su propia carpintería. El taller es pequeño, pero tiene un joven que le ayuda y él le enseña el oficio.
La Mujer extrae del bolso su monedero y guarda el papel. Se levanta.
- Muchas gracias por toda su valiosa ayuda Padre Gazanega.
- Cuántas veces necesite de mi ayuda, aquí estoy. ¿Cuándo piensa regresar a su país?
- Aún no lo tengo decidido. Creo que quizás dentro de mes, mes y medio, podré regresar.
- He leído la declaración de su Presidenta Cristina Kirchner.
- Si. Le envié carta certificada  por ese motivo. Le avisé del peligro suyo y de la población.
- ¿Le envió una carta? ¿Y qué le respondió?
- El día 07 de octubre le envié carta certificada. El acuse de recibo, señala que fue entregada el día 09 de octubre, en la secretaría Documentación Presidencial. Presidencia de la Nación. Y derivada a la Secretaría de Inteligencia de Estado. Nada más. Pero temo que algo se esté tramando contra la Argentina. También le envié carta certificada al Presidente Putin, el día 16 de abril, envìo RRG04817065AR, registrada bajo el número de gestión 31855/2014. Y el aviso de recibo, señala que fue recibida el día 12 de mayo. El sello del recibo es Ruso. Mockba 103132 y dentro del círculo del sello, hay otras palabras que no las entiendo muy bien. No he recibido respuesta. Pero continúo esperando. Creo que el Presidente Putin es caballero.










Luego de ducharse, se vuelve a vestir con la misma ropa y calzado sale hacia la calle. Camina unas cuadras y sube a un autobús que la lleva a la ciudad nueva de Jerusalén. Se baja, en una de las calles céntricas y busca una cabina pública. Camina dos cuadras y la halla. Pero la cabina pública que le interesa es la que está en la acera. Ingresa al local.
 - I need  three a calling  telecard.
Un joven le entrega el pedido.
- ¿How much? – Pregunta La Mujer – Luego paga con dinero shekel.
Se retira del local e ingresa a la cabina del exterior. Cierra la puerta y coloca una tarjeta. Una voz de hombre responde. La Mujer comienza a hablar.
- ¿Imaynalla cacancu? ¿Hualisipquinva?
El hombre habla  y La Mujer responde.
- Hualiquitnva. Samaram……. – Y continúa hablando en idioma que corresponde a una de las tantas razas de aborigen que existen en su país. Argentina.
Finaliza de hablar y cuelga. Se retira y comienza a caminar por las distintas calles céntricas mirando los negocios, restaurantes, hoteles. Recorre muchas calles. Se acerca a una cafetería, entra, se sienta en una mesa cerca de la vidriera que da a la calle y cuando se acerca el mozo, pide:
-  Coffee, please.
Está allí, cerca de veinte minutos. Abona y se retira. En la acera, ve un taxi parado y el conductor leyendo un diario. Se acerca y hace señas si está libre. El hombre interpreta la señal y dejando el diario a su lado, se estira y abre la puerta trasera del coche. La Mujer sube y da la dirección donde se hospeda.