Transcurren tres días de llamadas telefónicas a fuentes
confiables pero sus respuestas ya son conocidas por La Mujer. Muy poco avanza en su búsqueda. Es que
ciertos nombres están muy protegidos por sus guardianes porque el “mundo” que ellos
han creado y presentan al Mundo aún no puede ser descubierto. Es el Poder que
no se ve pero que está ahí, en las sombras dirigiendo, manipulando y asesinando
de diferentes maneras a quienes se atreven a enfrentarse a ellos. La Mujer sabe
que algunas pruebas de su nefasto proceder, están en los asesinatos de tantos
periodistas y escritores que han estado investigando lo profundo de esas
personas.
Por cierto que ellos llaman “accidentes”. O “muerte por infarto” o
“desaparecidos”. Un ejemplo de ello es
el asesinato de Lady Diana Princesa de Gales. Desde el inicio fueron colocados
obstáculos, trabas, persecución a escritores y periodistas e investigadores a
la investigación sobre ese homicidio. Y aunque luego, pasados unos años se abra
archivo sobre su muerte mostrando al mundo nuevos informes, ya el ángel de la
muerte hizo su trabajo. Nadie se lo podrá quitar.
La Mujer comprende que ninguna ayuda puede obtener del
Cardenal Salvatore. No dice NO. Pero la ayuda que puede brindar, tendrá que ser
esperada ya que la responsabilidad de su trabajo dentro de la Sede del Vaticano
en la Ciudad del Vaticano, es muy importante y los minutos, horas están sobre
su espalda. El mismo dará a La Mujer lo que necesita, pero debe aguardar un
tiempo. La Mujer tiene que tener paciencia
-¡Vaya! –dice en voz alta La Mujer al recordar la respuesta
del Cardenal Salvatore cuando se comunicó con ella por teléfono – Paciencia.
¡Qué palabra más antipática!
Y La Mujer decide llamar a una de sus fuentes que vive en la
ciudad de New York. Lamentablemente responde el contestador automático
invitando a que deje su mensaje. Ella no
deja ningún mensaje. Decide llamarlo a la noche, así lo hace pero la respuesta
es la misma.
-Paciencia - Exclama en voz alta La Mujer – “Hay que tener
mucha paciencia”, decía el lobo feroz cuando quería atrapar a los chanchitos y
ellos se les escapaban de sus trampas.
La Mujer abre un ordenador y con Google Earth busca el País
de Francia. Acerca a la zona que inmediatamente rodea Rennes-Le-Chateáu.
Lentamente realiza rastrillaje sobre esa zona de campo color verde. Paso a paso
“peina” dicho lugar. Luego avanza hacia
las zonas vecinas Couiza, Coustaussa, Arques, Espéraza, Rennes-Les-Bains, y…Granés,
mientras en su memoria está presente la imagen de la piedra que una de sus
fuentes le envió. Y luego dirige nuevamente
su búsqueda por la zona de Renes-Les-Bains. Mira el cementerio de Rennes-Les-Bains
donde una persona que fue utilizada por esta sociedad secreta, compró nichos.
Pero su cuerpo no está allí. Regresa a observar nuevamente Rennes-Le-Chateáu. Y
queda mirando la famosa Torre Magdala…
La Mujer está investigando la zona durante cuatro horas.
Horas que son interrumpidas cuando detiene su búsqueda, se dirige a la cocina, coloca
sobre el fuego la cafetera y cuando está bien caliente saborea el rico café.
Por la noche insiste con el llamado a New York y ésta vez sí
logra encontrar a su fuente. Dialogan durante unos minutos y luego se despiden.
La Mujer tiene una respuesta positiva en su investigación.
Pronto recibirá uno de los informes secretos que quiere tener.
Son las 18 horas en Jerusalen, cuando La Mujer llama a quien
tanto la ayuda.
-Monseñor, dispense por favor ¿Puede atenderme?
-Evílmera, si claro. Ya estoy retirándome de casa, pero puedo
atenderla ¿En qué puedo ayudarla?
-Gracias Monseñor usted siempre tan caballero, tan
atento….Necesito si puede ayudarme con una persona que vive en Israel tengo que
hablar con ésa persona lo más pronto posible.
-Si puedo con gusto lo haré. ¿Quién es esa persona?
-Es un gran erudito. Su nombre es…
La Mujer da el nombre de la persona que quiere contactarse.
-No lo conozco personalmente pero sí he leído sobre él y su
trabajo. Permítame pensar quién puede ayudarnos para que usted pueda hablar con
él.
-Le agradeceré mucho su valiosa ayuda. Es muy importante.
-Si, me doy cuenta. Creo entender los pasos que está
dirigiendo en su investigación. Si, este hombre tiene el conocimiento que usted
ya conoce.
-Metafóricamente hablando, él tiene la fuente y yo el río que
corre hacia una cascada.
-Llámeme dentro de dos días que tendré respuesta a su
llamada.
-Gracias Monseñor y hasta pronto.
-Evílmera, ¿Este es el AS que usted tiene en sus manos?
-Hum... ¿Peligroso
verdad?
-Que el Señor la Bendiga Evílmera. Hasta pronto.
Transcurridos los días solicitado por Monseñor, La Mujer
llama a la misma hora de la vez anterior.
-Buenas tardes Monseñor…
-Evílmera, tengo buenas noticias para usted. Anote que le
dicto el número personal de este gran hombre. A través de una persona conocida
mía pude contactarme con él. La conversación fue muy grata ya que le expliqué
de una manera suave, su investigación y él accedió poder hablar con usted.
Tiene que llamarlo de noche. Cerca de las 23 horas ya que dedica todo el día a
su trabajo. Si no puede encontrarlo, llame
a la misma hora, la noche siguiente. Anote por favor.
-¡Gracias Monseñor! Escucho….
A la hora indicada La Mujer llama al número personal dado.
Nadie responde. Deja transcurrir diez minutos y
vuelve a dizcar el número ya memorizado. Nadie responde. La Mujer deja
pasar otros diez minutos e insiste con el llamado, pero nadie le responde.
Decide llamar a la noche siguiente.
Son las 13 horas cuando recibe por correo físico una
encomienda. Al mirar remitente se alegra. Ya dentro de su hogar abre el paquete
y dentro de una caja más pequeña encuentra otra caja más pequeña aún envuelta
en varios papeles color madera. La abre y sus ojos descubren los papeles,
escritos, informes que le solicitó a su fuente de New York. ¡Al fin tiene en su
poder los nombres tan escondidos, reservados! Sólo le resta aguardar que llegue
la hora que le fue indicada para llamar al hombre que vive en Israel y ¡Con qué
placer podrá conversar con el gran hombre!
Continuará