martes, 24 de marzo de 2015

Mi voz serà callada, pero mis manos hablaràn

(viene de entrada anterior)
 La Mujer está sentada frente al Rey Abdalá II y Asad sentado al lado de ella, pero un poco más alejado. Los sillones son de cuero, de color blanco. La bandera Jordana está a escasos pasos de ellos al igual que un mueble de madera pequeño que en la parte superior, posee la imagen de un caballo color blanco.
- Si Majestad. Entiendo y comparto  su visión política y  humanitaria. Hasta ahora no se halló una solución cuya equidad abrase  la causa palestina. Dicho tema es tan profundo como el océano, y ciertos países no saben bucear en él o no quieren bucear en él. Y la paz es solamente una palabra, pero no una vivencia. El arma que le ofrezco es más poderosa y tiene más alcance que el último misil creado por Rusia. Supera y superará a cuantas armas sean creadas.
- ¿En qué país fue creada?
Por unos segundos, La Mujer mira al Rey de Jordania muy fijo a los ojos. Luego responde:
- Israel. Jerusalén.
- Conozco las armas que el ejército israelita posee. Tenemos conocimiento de los últimos avances tecnológicos en materia de armas que se están desarrollando en dicho país.
- Permítame asegurarle Majestad  que ésta arma que le voy a mostrar, fue creada en Israel. En Jerusalén.   
La Mujer abre el bolso y observa de soslayo movimientos de pies que se acercan al Rey y a ella. Mientras tiene su mano derecha dentro del bolso, levanta su rostro y mirando al Rey dice:
- Por cierto su Majestad, usted sabe perfectamente que el bolso ya pasó el examen de control, al ingresar al Palacio.
El Rey nada dice y La Mujer extrae del bolso la primera parte del arma y la coloca sobre la pequeña mesita que está entre ellos. Luego extrae la segunda parte del arma y la coloca al lado de la anterior. Y mirando los ojos del Rey, extrae la tercera parte del arma.  La sostiene en su mano derecha. El Rey Abdalá II queda fijo mirando la tercera parte del arma.
- Creo que es una gran oportunidad para poder continuar éste diálogo con más profundidad. Sé que esta noche tiene reunión con ciertos estadistas y agradezco que me haya brindado su deferencia al recibirme aquí, en ésta noche. Estoy alojada en EL Pasha Hotel. Estaré aguardando durante tres días su respuesta. La solución está aquí. Frente a usted. Y Majestad, estoy hablándole al Rey que supo cómo reconstruir la gran Minbar de Salaheddin, en la mezquita de  Al  Aqsa, en Jerusalén. Usted Majestad, enfrentó ese enorme desafío. Y lo logró. Triunfó. Usted desciende del Profeta Mahoma, la paz sea con él, y por más de mil años, esta región fue y es representada por su familia Real Hachemita y es extensa la historia como guardianes  de la fe islámica. Acepte éste nuevo desafío. Humildemente ruego que Dios guie sus pensamientos. Gracias por recibirme y escucharme Majestad.

El Rey Abdalá II continúa mirando la tercera parte del arma que La Mujer tiene en su mano derecha.