Fiel amiga cumplo.
“Es un día de mucho frío. Después de recorrer
algunas calles de Narbona y visitar el Seminario que allí se encuentra, La
Mujer viaja a Arlés. Allí visita la Iglesia de San Trófimo y de lejos observa el
anfiteatro romano llamado Arenas de Arlés. Pero lo que La Mujer desea hallar es
un convento que en el altar de su Capilla poseía o aùn posee una piedra con gotas de la
preciosísima sangre de Yeshua. Esa Sagrada sangre brotó del Santísimo cuerpo
cuando estuvo orando en el Monte de los Olivos y fue derramada y penetró en la
tierra y piedra que allí había. Cuando los Sacerdotes custodios del Santo
Sepulcro, lograron extraer una parte de dicha roca-piedra, ésta fue partida en
varios trozos y entregadas a varios custodios de Tierra Santa y también a una
Princesa que casada con un Conde, vivía en un Castillo cerca de Arlés. Dicho
Castillo luego fue transformado en un Convento. Ese es el Convento y su Capilla
que La Mujer desea encontrar. Necesita saber si la poderosísima Piedra con la
Sagrada Sangre de Yeshua de Nazaret aún está guardada en dicha Capilla.
La Mujer busca en mapas antiguos y
modernos de la zona de Arlés y le es muy difícil poder hallar dicho
Castillo-Convento. Su investigación es silenciosa ya que teme que ojos y oídos
indiscretos la descubran y revelen su paradero.
Recuerda que cuando de Paris viajó a
Granés, ni bien arribó a mencionado lugar, un hombre mayor con lentes oscuros,
se le acercó y “aconsejó”, advirtió que abandonase búsqueda sobre
Rennes-Le-Chateáu. Que era la última advertencia. Y se alejó entre la gente
caminando muy despacio. La Mujer nada respondió y quedó observando al individuo
cómo casi con indiferencia se alejaba de Ella.
La Mujer no hizo caso y continuó con
su búsqueda. En su poder tenía-tiene un software que le brinda información que
necesita hallar. Es en base de Códigos. Pero también recuerda que ya vivió una experiencia desagradable en
Italia.
Cuando viajó a Roma para reunirse con
personas que tienen conocimiento de sus investigaciones, al salir del
Apartament para dirigirse a dicha reunión, un individuo le habló muy cerca
detrás suyo y en idioma español le aconsejó que tuviera mucho cuidado en lo que
diría en la reunión. Que fuese inteligente y esté en silencio. Y se alejó entre
la gente. Ella lo miró y vio que el individuo era alto, cabello corto estilo
militar, color castaño muy claro y cuerpo fuerte. Tuvo la impresión que fuese
de nacionalidad Rusa o Alemana. Y el acento fue como una jjj en el fondo de sus
palabras.
La Mujer se preguntó cómo tenía
conocimiento del encuentro que pronto tendría y recordó que en su blog escribió
esa información. E inmediatamente se dio cuenta que no estaba equivocada en sus
pensamientos e investigación.
La reunión no fue ni buena ni mala.
Simplemente querían ampliar más sus conocimientos sobre las investigaciones. Explicó
cómo llegó a sus conclusiones sobre tema Rennes-Le-Chateáu y el Cura Sauniére.
Por supuesto que otros documentos de mucho valor que posee no los hizo
partícipe aunque sí ellos querían saber cuáles era esos documentos y qué decían
en ellos. Le respondió que esos escritos figuran dentro de sus secretos de
investigaciones. Les interesaba saber qué significado tenía la foto de la
piedra que La Mujer subió a su blog, y cuando les respondió, notó que por unos
segundos, nadie habló. Y luego sí insistieron si estaba segura de la respuesta
y si tenía conocimiento del lugar donde hallar dicha piedra. La respuesta a
ambas preguntas fue sí. Ofrecieron, dentro de sus posibilidades, ayuda y que a
medida que avance en el tema los recuerde para ser ellos los primeros que
recibieran los escritos. Pero lo que sí le llamó la atención a La Mujer, fue un
hombre de traje oscuro que en todo el tiempo que duró dicho encuentro, la
observó muy directamente. Se sintió que la estaba estudiando. Sus palabras, sus
gestos, sus miradas. Esa acción le molestó y en un abierto desafío, Ella
también lo miró muy fijo a los ojos y sólo lo ignoró al tener que dar respuesta
a un Sacerdote que estaba sentado a su derecha. Y cuando La Mujer les dijo que
quería tener acceso a ciertos documentos que se hallan en el Archivo Secreto de
la Santa Sede de la Ciudad del Vaticano, el Sacerdote que estaba a su derecha
le preguntó qué documentos eran y cuando Ella le refirió sus nombres al
instante le respondió que no era posible. Dichos escritos, documentos y
pergaminos se encuentran en un sector del Archivo que no es posible acceder a
él. Ningún estudioso de las Sagradas Escrituras ni investigadores ni
periodistas puede ingresar a dicho sector. Pero sí La Mujer podía visitar el
Archivo y solicitar cualquier otro documento que están para estudio y
conocimiento público. La Mujer no tendría necesidad de responder a los
requisitos para poder acceder a la lectura, estudio del gran material escrito
que allí se encuentra. Y al finalizar la reunión, mientras estaba retirándose,
uno de ellos le preguntó el nombre del Obispo amigo de Jerusalén. La Mujer le
respondió que cuando le fuese autorizado dar dicho nombre, con gusto
participaría de dicha información. Y eso fue todo. Sonrisas y saludos de manos
y….beso en un anillo.
Y al salir a la vereda comenzó lo que
jamás pensó que iba a sucederle. La Mujer quería ir a una cafetería que vio
frente al lugar de dicha reunión, pero no pudo llegar porque el mismo individuo
que le habló muy cerca la vez anterior, lo hizo nuevamente, pero esta vez la
tomó muy fuerte del brazo derecho y mientras empujaba hacia el borde de la
calzada, Ella se sintió abrazada con la otra mano y brazo izquierdo del hombre.
Rápido le ordenó que no gritase o sería peor para Ella. La obligó a subir a un
coche que estaba detenido con el motor en marcha y la puerta detrás abierta. Un
joven delgado y calvo estaba sentado aguardando y rápido y fuerte le sujetó el
brazo izquierdo de Ella. El coche arrancó y comenzó a circular por las calles de
Roma. El hombre que estaba a su lado y mantenía fuerte presión sobre su brazo
derecho, le indicó que mirase hacia abajo hasta que le indicase lo contrario.
La Mujer recuerda que mientras se daba cuenta que el vehículo realizaba un giro hacia su izquierda, se miró
los pies y por un segundo pensó que podría utilizarlos al igual que los podría
sorprender con un golpe de su cabeza y si lograba el efecto sorpresa hasta
podría utilizar los dedos pulgares, codos y fuerte golpe con el canto-borde de
su mano contra sus gargantas, cuellos. Dejó que su cuerpo pasara de tensión a
estar flojo, como si se entregase, calmó su corazón que latía muy de prisa, y
en ese instante el coche se detuvo, escuchó ruido de abrirse las puertas y
obligaron a salir de él. Al levantar su cabeza, entre sus cabellos La Mujer
miró veloz en todo su alrededor y vio que el coche estaba contra la acera y
percibió a dos mujeres que se alejaban caminando y un hombre que se acercaba
hacia ellos. Al pisar la vereda el hombre que en todo instante la mantenía muy
fuerte sujeta del brazo derecho, la obligó a caminar rápido hacia una casa que
estaba frente a ellos, mientras el joven corrió a sujetarla fuerte del otro
brazo y La Mujer escuchó que entre ellos se hablaron en idioma italiano y
rieron mientras la puerta de entrada de la casa se abrió y fue llevada dentro
de la misma. Se dio cuenta que estaba en el living y vio a un hombre joven vestido de sport. La Mujer se sintió
mirada desde sus cabellos hasta sus pies. Les habló en idioma italiano y los
que la tenían sujeta retiraron sus manos de Ella y quedaron parados a su lado.
El hombre joven le habló en idioma español con el típico acento italiano.
Quería saber todo sobre la reunión que había tenido minutos antes. Quería saber
cuán de profundo eran sus hallazgos e investigaciones. Quería saber contactos,
fuentes y a quién deseaba ver en Israel. Quería Saber que eran esos escritos de
tanto valor para que los guardase en una caja de seguridad en el Banco. Que
estaba escrito en ellos. Quería saber el por qué del interés de La Mujer sobre
el Cura Sauniére y todo el tema de Rennes-Le-Chateáu. La Mujer le respondió que
Ella quería saber quién era él y que lamentaba no poder dar respuestas a sus
preguntas. Que sólo estaba escribiendo
una novela. Nada más. Vio que el hombre joven repetía sus palabras mientras
movía su cabeza hacia un costado como pensando y luego le habló lento. Le
aconsejó que olvidase el tema sobre Cura Sauniére y Rennes-Le-Chateáu. Que la
trama de la novela diese un vuelco y brindase otra línea de desarrollo. Que
ciertamente encontraría la manera de hacerlo. Que mientras estuviese en Roma,
estaría siendo vigilada día y noche. Donde fuese no estaría sola. Y repitió dos
veces, que no lo subestimara. Que continuaría observando el blog y si lo que
estuviera escrito no fuera de su agrado se vería obligado a pedir que fuese
retirado. Que por el bien de ella, cooperase porque no era su intención ir más
allá de lo deseado. Claro que si ella continuaba provocándolo, tendría que
actuar de otra manera más persuasiva. Luego les habló en idioma italiano a los
que estaban al lado de Ella y nuevamente La Mujer vivió la misma experiencia
del viaje anterior, nada más que éste era al revés, pues la estaban regresando
y cuando la dejaron en libertad de acción La Mujer se encontró desubicada, pero
luego de unos minutos pudo distinguir que estaba a pocos más de cien metros de
la cafetería que quería ingresar antes que fuese secuestrada. Pero no caminó hacia la cafetería sino
extrajo de su bolso un mapa con información de calles y sedes gubernamentales.
Busco información sobre Embajada Argentina aunque se dio cuenta que poco valor
tendría en su exposición-denuncia, pero confiaba que alguna cámara habría
captado las imágenes. Los satélites desarrollan su actividad día y noche y
tendría pruebas para aportar. Bajo ningún concepto expondría los nombres que
están detrás de las personas que se reunieron con Ella. Y cuando La Mujer
levantó sus ojos del mapa queriendo buscar el nombre de la calle donde estaba, lo
primero que vio fue al individuo primero, que tan desagradablemente conocía.
Parado delante de Ella, alargo su mano, le quitó el mapa que observó
detenidamente y extrayendo su celular del interior de su saco, llamó y habló en
idioma italiano. La Mujer pensó que quien estaba al otro lado de la línea sería
el joven que conoció en la casa. Interiormente lamentó su prisa. Tendría que
haber ido primero al Apartament y pensar con calma cómo dar sus siguientes
pasos. Tendría que haber supuesto que la vigilancia ya estaba en marcha como
lamentablemente lo descubrió. Luego de unos segundos, el individuo apagó y
guardó su celular dentro de su saco y le devolvió el mapa. Señalando el lugar
donde figuraba dirección de la Embajada Argentina, indicó que si pensaba ir
allí, desistiera de tal acción. Sería peligroso para Ella. Que era menos
inteligente de lo que se creía. Que a partir de ese instante, tendría que
permanecer dentro del Apartament hasta que se le indicase cuándo podría salir
de él. Que la acompañaría a comprar mercadería para su estadía, citando como
ejemplo una semana o un poco más. No
hablara con nadie ni tratar de comunicarse con nadie. Ellos todo lo sabrían. Y
con rabia interior La Mujer toleró la compañía del individuo mientras realizaba
las compras en un Supermercado no lejos de donde se hallaban. Pero quien pagó
el ticket y se lo guardó en la billetera fue el individuo. La Mujer se dio
cuenta que ellos contaban con su silencio y aceptación de la situación actual,
porque aunque el individuo la sujetaba con su mano cerca del codo de su brazo
derecho, tenía libertad de voz y acción en su cuerpo. Pero La Mujer observa que
el individuo tiene conocimiento de Yudo porque al sujetarla fuerte cerca del
codo de su brazo derecho, cualquier acción que Ella realizase, inmediatamente
él, presionaría el sensible lugar, es decir la hendidura que produce terrible dolor y no poder
utilizar por unos instantes dicho brazo y mano.
Al salir del comercio, ve que el mismo vehículo y mismos individuos están
esperando. El joven calvo está sentado contra la puerta de atrás que da a la
calle, mirándola mientras el individuo que está con ella, abre la puerta
trasera e invita a subir quedando La
Mujer sentada entre los dos individuos. Y el coche comienza a recorrer las
calles hasta que llegan al Apartament que La Mujer había alquilado. Allí la
dejan con las conocidas advertencias. Le indicó que durante el día tendría que
permanecer dentro del lugar. Y a la diez de la noche podía salir a caminar un
poco. Nada de taxi ni conversaciones con personas que cruzase en su camino. Ellos
estarían vigilándola. Ella había provocado tales acciones. La Mujer siempre, siempre responde con su
silencio.
Al abrir la puerta del
Apartament que le corresponde, cierra nuevamente con llave y deja sobre la
mesada las tres bolsas con mercadería. La Mujer se sienta en una de las sillas
que hay en la pequeña cocina y con impotencia y soledad piensa que es cierto
que tienen conocimiento de sus pasos. Quizás la esperaban en el Aeropuerto y
siguieron hasta allí y estuvieron aguardando a que Ella saliera hacia la
reunión. Y comienza a armar un plan para
poder comunicarse a través de sus códigos, con su fiel amigo indígena. También,
quizás su blog pudiera ayudarla. Abre su
ordenador y escribe en su blog “¿Cómo callar este grito que invade mi corazón?
¿Cómo aceptar que tapie mis manos, mi voz?”. Días después escribe en su blog “La
Mujer mira por milésima vez los mapas de diferentes años de Israel. Observa las
escalas y coordenadas 421331435502756867062166333710”.
Significa “No puedo escribir” en
código. Cada número corresponde a una letra. La Mujer colocó números salteados
a cada letra y luego los unió a todos. Fue un mensaje de advertencia a quien
pudiera descifrar dicho código y esté alerta. Porque jamás existe ni existirá coordenada
y escala de esa manera. Días después escribirá en su blog palabras de angustia,
soledad y…ayuda.
Y al fin puede retirarse de Roma y viaja a
Israel. Presenta en su blog los diferentes pasos. El encuentro con el premiado Profesor
que vive en Israel, Jerusalén, fue un éxito. Con enorme placer La Mujer posee
lo que tanto anhelaba y buscaba: un software que contiene códigos. Y al tener
que aguardar días de espera, decide ir a Francia. Su primera visita es Granés.
Y allí nuevamente volvieron a molestarla con advertencias, amenazas. Y en un
abierto desafío, decide continuar con su investigación. Recorre calles y visita
el archivo del Ayuntamiento. También visita una Iglesia y luego de minutos de
plácido diálogo con el Sacerdote al frente de la misma, puede acceder al
archivo que allí existe. Busca ciertos apellidos y luego de varios minutos,
logra hallar uno solo de ellos. Solicita autorización para filmar dicho
registro y le es concedido. Luego viaja a Narbona y piensa continuar hacia
Arlés……
El software que posee La Mujer es muy
valioso. Y muy peligroso si manos malvadas lo tuviesen en su poder. Verdades
durísimas y tremendas golpean la realidad que cada vez se le hace más difícil
aceptar, tolerar. Y al leer las noticias del día a día, se le hace insoportable
poseer dicho software y no poder actuar. Por ejemplo, en el asesinato del
Embajador Ruso Andrei Karlov en el Paìs de Turquia. ¿Cómo nadie del gobierno Ruso previó tal acción? Hacen
público enorme adelanto tecnológico en armamento y ¿No pudieron prever dicho
asesinato? El Presidente Vladimir Putin se jacta de “conocer” la fecha del fin
del mundo y no pudo “saber” que su Embajador sería asesinado? ¿Podrá
defender-salvar otras vidas que dependen de su Gobierno? Los hechos demuestran
que no. Y no solamente falla en protecciòn el Paìs Ruso, tambièn sucede con Estados Unidos de Amèrica y tantos otros Paìses.
La Mujer, humilde y lejana escritora e investigadora posee un
software que SÍ puede prevenir malas acciones. SÍ puede salvar vidas. SÍ puede
señalar estrategias políticas. SÍ.SÍ.SÍ La Mujer posee pruebas que SI puede. Y con profundo dolor La Mujer se da cuenta que está en peligro. Si, está
en peligro. Desea entregar dicho software a algún País. El tema es ¿Cuál País?
Y decide subir a su blog un pedido de ayuda. En código pide a su amigo indígena
que suba el ruego: “Edward Edward Ukuba” que significa: Edward Edward sí.
Sí, estoy en peligro.
Esta será una de las últimas entradas
que La Mujer subirá en su blog sobre “Expedición a Rennes-Le-Chateáu”. Quizás
sea cobarde. Pero existe algo que es muy real e importante: la vida. Si dicha
investigación sobre lo que ha sucedido muchos años atrás, lleva a un desenlace
de “accidente” ¿Qué se ganó? ¿Información? Mostrar una verdad sepultada en
mentiras que a pocas personas les puede interesar como información de un hecho
más. Se lee y luego se olvida. ¿Cuántos Periodistas, escritores e
investigadores fueron muertos por sus trabajos? ¿Acaso se recuerda a quienes
murieron a causa del asesinado del Presidente John Kennedy o el de la Princesa
Lady Di o el del hijo del ex Presidente Carlos Menem o los Periodistas que
están encerrados en contenedores sin ninguna ventilación, totalmente a oscuras por
querer investigar terribles sucesos sea en Paìs Eritrea o tantos otros conocidos. Abunda informaciòn sobre el tema en internet. Mientras las personas
que miran o leen medios de información desayunando o cenando bien o muy bien,
todos los que buscan la verdad detrás de hechos aberrantes, sufren torturas.
Sufren, padecen muchísimo más quienes han descubierto verdades que tienen que
ser tapiadas. Y sufren mucho menos, pero padecen también, quienes se acercan
peligrosamente a verdades que no pueden ser reveladas. Entonces, La Mujer se
pregunta ¿Vale la pena exponer su preciosa vida a un “accidente” a un
“infarto”? Existen muchos otros temas para
escribir sin ninguna clase de riesgo.
La Mujer decide vender el software."