La Mujer está presente en una Misa realizada en la Tumba del Sepulcro. Están realizando trabajos de mantenimiento en dicho lugar Santo y un toldo color blanco resguarda todo a su alrededor. Gracias un amigo Sacerdote, es que puede ingresar a dicho lugar Santo, aunque la puerta está cerrada y hay pocas personas dentro. La Misa es celebrada por Sacerdotes Rusos.
Finalizada la Ceremonia, La Mujer, camina hasta el Monte de Los Olivos. Se acerca a hablar con otro Sacerdote conocido y realiza panorámica con su cámara fotográfica, sobre los 8 Olivos añejos que allí se guardan, pues, según datos de el estudio realizado con Carbono 14, datan de los tiempos de Yeshua de Nazareth. Luego de dialogar unos minutos con el Sacerdote conocido, se retira y regresa caminando hacia la Biblioteca del Convento de la Flagelación. Está cerrado. La Mujer suspira resignada. Tiene que aguardar otro día más para poder buscar los Manuscritos que desea leer.
Al día siguiente La Mujer está presente en el Santo Sepulcro. Se acerca a un Sacerdote que habla idioma Italiano y le ruega poder confesarse. Se apartan un poco de las personas que allí circulan y sentándose en un banco de madera puede confesarse y recibir absolución de sus pecados. Luego se dirige a la Capilla de la Visitación y aguarda la próxima celebración de Misa, que será realizada por Sacerdote de Ucrania. Están presentes un grupo numeroso de mujeres que desarrollan su Apostolado en Ucrania-Polonia. Participa de La Santa Misa. Recibe la Santa Eucaristía y nota que es diferente a las otras Hostias que recibe. Esta es pequeñita. Un trocito cuadrado que el Sacerdote extrae dentro del Cáliz que contiene el vino consagrado, transformado en la Sangre Preciosa del Hijo del Altísimo. Para La Mujer, el grosor y sabor es muy llamativo y con mucha reverencia adora lo recibido. Jamás mastica la Sagrada Hostia. Nunca. Por ese motivo es que guarda dentro de su boca por muchos minutos, riqueza tan deseada.
Por la tarde sola en la habitación del Hotel, observa los diferentes mapas de diferentes años, del Desierto de Neguev y el llamado Monte Sinaí.
Pronto estará allí.
Continuará