La Mujer está feliz porque gracias a un Policía Patrullero que vive en Jerusalém, a quien ella solicitó ayuda, posee entre sus manos documento de gran valor. Metafóricamente hablando, una joya de altísimo valor.
Diego, que así se llama el Policía, realizó la búsqueda y los debidos contactos para que La Mujer tuviese una reunión con el gran Matemático Ruso Eliyahu. La reunión fue en la casa del sabio descubridor y matemático.
La Mujer recibe del premiado Sabio, un regalo de mucho, mucho, mucho valor. El matemático Ruso le enseña cómo debe actuar, cómo tiene que dar los debidos pasos para hallar los resultados que La Mujer quiere tener. Diego es el traductor en dicho encuentro.
-Diego, por favor, me agradaría tener una foto de recuerdo junto a Elíyahú ¿Quieres tomar una, por favor? - Dice La Mujer al Policía mientras le alcanza su cámara fotográfica y él a su vez toma dos fotos para el recuerdo.
Por su valiosa ayuda, y la conversación que mantuvieron en todo el viaje de ida y regreso a la casa del sabio Eliyahú, La Mujer, considera a Diego como un ser muy noble y dentro del círculo de personas que ella puede confiar.
La Mujer tiene que aguardar unos días hasta poder llegar al Desierto de Neguev y decide utilizar dichos días realizando una mirada sobre Francia.
La Mujer toma vuelo Air France de Tel Avid a París a las 17,40 minutos. Son las 22,23 minutos cuando llega al Aeropuerto de Charles de Gaulle. Mientras desciende el avión puede tomar algunas fotos nocturnas cerca del Aeropuerto y luego dentro del mismo Aeropuerto.¡ Enorme, impresionante!.
Luego de pasar por la Aduana, el fresco de la noche le da la bienvenida. Las calles parisinas la invitan a caminar y pensar.
Rennes-Le-Chateáu y todo a su alrededor la espera. Y La Mujer se prepara para ese encuentro.