(Viene de la entrada día 26-04)
La Mujer está caminando por una calle estrecha, cuyas paredes
laterales son muy altas y rústicas. Muchas personas de diferentes países la
cruzan. Es impresionante ver cómo el turismo en Jerusalén, cubre sus
tiendas, negocios, restaurantes, sitios religiosos. Está finalizando el mes de
octubre. Se acerca la fecha de la gran fiesta en recuerdo del nacimiento del
Niño Jesús. Y fin del año 2014.
Mientras camina por esa calle tan estrecha, ve el letrero que
está colocado sobre la pared, arriba de la puerta de entrada de Casa Nova. La
Mujer observa los dos pequeños faroles que están en ambos laterales de dicho
ingreso. Y sonríe suavemente, porque le agrada, ver esos bloques de piedras antiguas, tan característicos,
en todo lugar histórico. Nota que varios jóvenes de ambos sexos, con grandes
mochilas cargadas en sus espaldas, están entrando a dicho hospedaje.
Al subir los tres grandes peldaños, La Mujer sabe que una
cámara de seguridad que está ubicada en dicha entrada, al lado del farol
izquierdo, registra su imagen.
Ya en la habitación, luego de darse una ducha, cambia su ropa
interior y lava la que se quitó, colgándola en el secador del baño. Nuevamente
se viste con la ropa cómoda de viaje y calza zapatillas. Baja al restaurante
para comer algo ya que tiene hambre y pide el plato del día, acompañándolo con
un rico té con limón.
Transcurrida una hora, La Mujer sale a la calle y luego de caminar
varias cuadras, busca un taxi para que la lleve a la Ciudad Nueva. Se baja en
una de las calles céntricas, recorre algunos metros y encuentra una cabina
pública. Ingresa y extrae de su bolso,
la billetera. Retira tres tarjetas telecard y coloca una de ellas. Disca un
número internacional y aguarda.
-¿Imaynalla cacancu tata? ¿Takkini asqui?
Del otro lado del tubo telefónico, una voz de hombre en el
mismo lenguaje le responde. Y La Mujer continúa hablando.
-Acwa allillancani.
Chikkawasña hhupa Malku Khapajg-uasi Jordàn, aukka.
Tata,kellkkana….ninna blog..”………………………………………………”.
La Mujer finaliza de darle información y luego dice:
-Asqui tata. Yuyaychacuna krutina naira Mosojhuata. Huma yanrpana.
Khitina yanapa. Askama, pachi. Samaricuy. Khomanta.
Al finalizar de hablar, cuelga tubo teléfono y sale de la
cabina. Busca autobús que la lleve de regreso a Ciudad Vieja de Jerusalèn.
La Mujer está conversando con el Sacerdote Gazanega. Están
sentados en el bar del hospedaje Casa Nova.
- Me alegro verla de
regreso. – Comenta el Cura - ¿Todo bien?
- Mire la verdad, fue
mejor la ida a Jordania desde Israel. El regreso lo hice a través del paso
fronterizo del puente Rey Hussein o puente Allenby, como quiera llamarle. En el puesto de control de Israel, son muy estrictos.
Muchas preguntas y algo de demora. Me dio la sensación que no les agrada saber
si la persona viene de Jordania. Me ayudó la carta del Papa Francisco I, pero
igual tuve que aguardar un poco. Pero gracias a Dios, ya estoy aquí y pronto
debo enfrentar otro muy difícil y peligroso encuentro.
-¿Fue accesible el Rey?
- He podido tener dos citas con el Rey Abdullà II, y debo
aguardar su respuesta. Me dijo que luego
de mi posible reunión con el líder de Hamas, Ismail Haniyeh, me contacte con él nuevamente
y le trasmita el resultado de dicho encuentro. ¿Sabe? Luego de la primera cita,
ya conocida por usted, tuve que aguardar
si el Rey prestaría atención a mi propuesta.
Esperé en el hotel donde me alojé y con toda franqueza le comento
que me sentí como si estuviera viviendo
en Barrow, Alaska. Allí, que está a unos 500 y pico kilómetros al norte del círculo
polar ártico, la oscuridad dura 65 días corridos. La temperatura es bajísima.
Congela todo, pero todo, todo. Es maravilloso e impresionante ver la cantidad
de nieve, hielo que está sobre todas las casas y todo lo que usted mire. Y también
es muy bello ver la aurora boreal, el brillo de las estrellas….pero a lo que me
refiero, es que así como se vive con tolerancia, ese invierno crudísimo, esa
oscuridad tan larga, así me sentí yo
mientras aguardaba si el Rey me respondería si o no. Por supuesto, que la gente
que vive en Barrow, realiza actividades. Tienen sus trabajos, escuelas,
practican deporte bajo techo. Ellos están acostumbrados a esa vida. Y cuando
llegan los días de sol, que son 83 días sin ponerse el sol, todo es hermoso,
alegre. Son por ejemplo las dos de la madrugada y es normal ver a unos chicos
andar en bicicleta por las calles. Los barcos que cazan ballenas, zarpan bien a
la madrugada. Allí, se vive una hermosa naturaleza. Es una experiencia inolvidable.
- ¿Teme ir a Gaza?
- ¿Temer? No. No temo. Quizás corra por mis venas sangre de
hierro como los vikingos. Por eso admiro a los Noruegos. El desafío está siempre delante de mí. Y lo enfrento.
Creo que podré dialogar con Ismail Haniyeh. Pienso que tendré algunos instantes
de incertidumbre, cuando cruce en la frontera, el paso de Eretz, los Israelita
vean el sello de Jordania en mi pasaporte. Tengo a mi favor, que poseo mi
credencial de escritora y la carta de referencia del Papa. Desde que llegué a
Israel, desde mi país, muestro estas credenciales que me ayudan.
- Observarán cada detalle suyo.
- Sí. Creo que buscarán en la maleta y bolso que lleve con más
profundidad que sus compañeros en la frontera de Jordania e Israel. Me preparé
para cuando llegue ese momento, como ellos, los judíos, cuando observan los
diamantes que tienen en sus manos que deben cortar y pulir. Aquí, en Tel Aviv, como
en New York y Amberes existe un centro de tallado de diamantes. En Amberes está el centro comercial de
diamantes más importante. Procesan las piedras de diamante más valiosas y grandes. Se las envía la compañía
minera de diamantes más grande del mundo. La De Beers Consolidated Mines. Sus
minas están en Sudáfrica. Ella es la que dicta precio y oferta de las piedras
que están en bruto, sin tallar. Y en Londres tiene oficina donde las clasifican
en categorías. Creo que ronda unas 15.000 categorías y luego son expuestas en
una exposición, para venderlas. A esa exposición la llaman “vistas”. Muchas
veces, se realizan ventas millonarias y son pagadas al contado. Por supuesto
que los invitados a esas exposiciones, son los comerciantes más importantes del
mundo. La venta es por quilate. Y es normal que el acuerdo se selle con un apretón
de manos. En ese mundo la palabra es muy válida. A veces ocurren casos desagradables,
como por ejemplo la famosa roca de esmeralda en Colombia. El acuerdo fue realizado con un apretón de
manos y luego sería enviado el dinero. El dueño de la gran esmeralda, tuvo que
iniciar juicio y se presentaron varias personas alegando que eran los dueños de
esa fabulosa roca de esmeralda. En fin,
todo un tema y me estoy alejando del núcleo de nuestra conversación.
- La comprendo. Suele ocurrirme a mí también.
- Permítame invitarlo a cenar Padre. Hoy estuve en Ciudad
Nueva de Jerusalén, y he visto un restaurante que me agradó y sería un gusto
que me acompañase en la cena.
- Con gusto Evìlmera. ¿Recuerda el nombre del restaurante?
- Si. Porque está en la esquina, cruzando en diagonal, de una
cabina pública que hoy utilicé. Memoricé el nombre. Hoy hablé por teléfono con
un amigo que me cuida mi casa. Es un aborigen muy leal. Le trasmito información
que él escribe en un blog que tengo. Y utilizo un código para que mi trasmisión
sea segura.
- ¿Cómo un código?
- Si. Antes de emprender ésta acción, estuve pensando cómo
poder transmitir los diferentes pasos de mi viaje sin que los “espías” de
seguridad se enterasen. Pensé en utilizar palomas mensajeras, pero no me convenció.
Entonces, recordé que en el año 1918 las tropas de Estados Unidos, estaban
combatiendo en Francia, en Meuse-Argonne. Pero tenían un enorme problema, ya
que los alemanes “pinchaban” sus líneas telefónicas. Descifraban los códigos y
atrapaban a los mensajeros que tenían que entregar en propias manos las debidas
instrucciones. La tropa estadounidense no hallaba la manera de solucionar tan
terrible asunto. Y de pronto, un capitán escuchó hablar a dos soldados, que pertenecían
al Regimiento de Infantería, en un idioma totalmente desconocido para él. Les preguntó
cuál era ese idioma y ellos dijeron pertenecer a la tribu Choctaw y ese era su
lengua. El capitán averiguó si había más soldados de esa tribu en los Cuarteles
Generales y sí, hubo muchos más. Entonces, tuvo la gran idea de valerse de los
soldados de la tribu Choctaw, para enviar
sus mensajes, que eran recibidos por otros soldados Choctaw y traducidos al inglés.
Ello, dio origen al Escuadrón telefónico Choctaw. Era casi imposible, que el
enemigo pudiera traducir los mensajes, el idioma. Los alemanes creyeron todo
tipo de teorías, porque no entendían nada de nada lo que escuchaban. No podían descodificar
ni una palabra. Y para Estados Unidos, fue una gran victoria. Gracias a esos indígenas
Choctaw.
Cuando se preparó el asalto a Forest Farm, estos indígenas fueron
utilizados. He leído que en la Segunda Guerra Mundial, entre los más
distinguidos, están los locutores de Claves Navajo y Comanche. De allí nació la
idea de hablar en código utilizando lengua originaria. El escritor Meadows, que
escribió el libro “Los locutores de claves comanches de la Segunda Guerra Mundial”,
hace referencia sobre la importantísima actuación de esta tribu Choctaw. En el año
1989, el gobierno de Francia les condescendió la Orden Nacional al mérito,
aunque en forma póstuma, a los locutores Choctaw de la Primera y Segunda Guerra
Mundial. Y también a los locutores de claves Comanches de la Segunda Guerra
Mundial. Y recién en el año 2008 fue aprobada en el Congreso, la Ley de
Reconocimiento de Locutores de Clave.
-¿Y usted hizo lo mismo?
-Diferente tribu. Sí. Recordé dicha lectura e investigué
tribus que existen en Argentina. Una persona amiga fue quien me ayudó en el
tema. Y allí está. En mi casa, un fiel amigo. Hace más de un año que conozco y
hablo con este hombre leal.
-Observo que tiene ideas muy interesantes….y así es como debe
ser. Bien. Permítame terminar unos trabajos que debo tener finalizado para
mañana y si le parece bien, a las 21 hs nos encontramos en el hall de entrada.
-Perfecto. Mientras iré al Santo Sepulcro. Nos encontramos
luego Padre Gazanega.