(Viene de entrada día 24 de enero 2015)
Son las 23 horas de la segunda noche que La Mujer está
hospedada en El Pasha Hotel.
Han transcurrido 61 horas. La Mujer está reunida con el Rey
Abdulà II en el Salón de Imágenes, del Basman Palace. Allí, el Rey recibe a
delegaciones extranjeras y también lo utiliza cuando tiene reuniones oficiales
acorde a su gobierno.
La Mujer está sentada en un sillón de cuero, grande, color
negro y a su lado, su traductor Asad. El almohadón que tienen a sus espaldas,
es de color beige. Una pequeña mesita alargada, de madera con vidrio en su cara
superior, está ubicada en el centro del lugar donde están sentados. En el lado
derecho de la Mujer hay un pequeño mueble de madera y un teléfono color blanco
se encuentra sobre dicho mueble. También una lámpara de pie iluminada y un
pequeño retrato que La Mujer no alcanzó a ver bien quién era. Frente a ellos,
está sentado el Rey en un sillón individual de madera color marrón y el
respaldo y asiento es de color beige muy claro y de tela entretejida. Un
pequeño mueble de madera, tipo mesa de luz, está entre ese sillón y otro sillón
igual al que está ubicado el Rey. Una enorme alfombra jordana color rojo está
cubriendo el centro del piso de mármol color blanco-gris. Y un ventanal muy
grande está ubicado detrás del Rey, cuyas cortinas son de color gris claro. Dos
guardias están parados al lado de la puerta de acceso al salón. Sobre el vidrio de la pequeña mesita alargada
que está en el centro de ellos, están las tres partes del arma que La Mujer
posee.
-En estos precisos instantes Majestad, existen miles y miles
de ataques físicos y espirituales, conocidos o no, en este mundo que habitamos.
Me da la impresión que se está llevando a cabo una operación jeroglífica
semejante a la realizada por Hitler. Con más adelanto tecnológico, por supuesto
y teniendo en cuenta, los errores cometidos por este dictador, para no caer en
ellos, hay un avance de manos y brazos, metafóricamente hablando, que quieren a
toda costa, cerrarse en un abrazo muy fuerte. Si observa los diferentes
continentes en un mapa, observará que es
muy difícil hallar un país donde no esté expuesto a amenazas
políticas-militares. Como ejemplo,
permítame recordarle, que Jordania estuvo, está y estará viviendo estas amenazas.
- Desde tiempos bíblicos esta tierra, me refiero a Medio
Oriente, ha sido y es, atacada por diferentes líderes. Nosotros siempre abrimos
la ventana al diálogo, pues la paz de nuestros hermanos palestinos y nuestra,
es un objetivo primordial en nuestras relaciones territoriales. Jordania tiene
sus puertas abiertas y por ejemplo, por ella han ingresado medio millón de
personas civiles del vecino país, Siria. Familias huyendo de la guerra en su
país que buscaron un refugio y aquí lo hallaron. Estamos alerta en todo lo que
sucede en los países hermanos y somos consientes que la realidad es muy preocupante.
- Creo Majestad no equivocarme al pensar que cuando usted
dice “realidad” se refiere...…a la “verdadera realidad”. Y no a esa realidad
que ciertos medios de información o mejor dicho, desinformación, publican.
- Es mi deber y costumbre, leer las noticias, sean de Jordán
como internacionales, de diferentes medios periodísticos. Pero, en asuntos más
importantes en lo que se refiere a la seguridad de mi país, nuestras agencias
de seguridad son muy eficientes. Tengo mis propios, seguros y leales
informantes. Como acostumbran tener todos los líderes del mundo.
- Hm…sí, claro. Entonces, creo que podremos entendernos
perfectamente en el diálogo que usted, con tanta deferencia, me invitó. Ahora
permítame Majestad, que en esta noche,
le explique el uso del arma que está frente a usted.
Quiero aclararle, que soy consciente del “YO” interior que vive. Es decir, enorme
responsabilidad como Rey de Jordania, heredero de una rica dinastía Hachemita y
descendiente del Profeta Mahoma. La paz esté con él. Y si busqué, quise que
usted Majestad, sea la primera persona a quien mostrar y hablar sobre esta
poderosa arma, es precisamente por el antecedente de su linaje. Sé que es un
gran desafío el pedir su ayuda. Estar arma fue creada en Israel, Jerusalén, y
es muy difícil que sea aceptada por usted y sus hermanos palestinos. Pero acaso ¿No es preferible intentar por
todos los medios razonables, un acuerdo de paz?
No digo tregua de horas o días. No. Digo PAZ con letra mayúscula.
-Es muy peligroso. No estoy convencido. ¿Cree realmente que
esta…arma puede detener un misil? ¿Cree que puede callar el odio, la
indiferencia, la locura de la guerra que está palpitando en Medio Oriente? Como
usted bien lo declaró, soy un descendiente del gran Profeta Mahoma, y cargo
sobre mis hombros un peso enorme. Todas mis acciones deben ser muy cuidadosas,
estudiadas, ya que mi responsabilidad como líder de Jordania, se torna
muchísimo más importante, por mi linaje histórico. Me siento muy honrado y
feliz de que por mi sangre corre sangre del gran Profeta Mahoma. Jordán es
territorio pequeño, pero ningún líder carga sobre su persona la sangre de un
Profeta. Muchas noches, cuando se presentan situaciones límites o de gran
profundidad de acción, pienso en cómo
debo actuar como Rey de Jordán y a la vez cómo actuar, como descendiente del
gran profeta Mahoma. Y le confieso que es una vivencia muy fuerte. Sé que mis
palabras, mis actos son escuchadas y
analizadas por mis hermanos musulmanes, por mis hermanos palestinos y por
diferentes líderes políticos. Entonces,
observando los cuidadosos pasos que debo dar frente a los ojos de mis hermanos
musulmanes, si decidiese aceptar esta propuesta de paz presentada por usted,
¿Cómo cree que será recibida por mis hermanos del Medio Oriente? ¿Cree realmente que esta arma puede lograr lo
que desde hace tantísimos años, nadie pudo lograr? Además Israel reaccionaría y
sería agregar más leña al fuego.
-Creo sí. Creo. Tengo las respuestas para sus preguntas
Majestad. Si me presenté ante usted, es porque puedo explicarle, mostrarle el
uso efectivo de esta arma. También creo
que usted investigó sobre mi vida, quien soy yo. Sabe que no soy una mujer
extraviada, demente. Por eso es que me envió cita para esta noche. Esta valiosa
oportunidad que me está brindando, no quede registrada como una acción más en
sus gestos como Rey caballero. Escúcheme por favor.
Sé que el verdadero musulmán, respeta las palabras escritas
en su libro Sagrado. Sé que su voz será
escuchada por aquellos hermanos suyos musulmanes y palestinos, además, por
supuesto de los líderes del mundo. Pero también será escuchada por aquellos que
con toda mala intención, actúan deformando las palabras escritas en El Corán.
Majestad, creo que usted corre peligro. El grupo rebelde, EI, está actuando y actuará de una
manera que lo obligará a intervenir.
Creo que al ser usted descendiente del gran Profeta Mahoma, es un blanco muy
codiciado por aquellos que buscan alcanzar su objetivo. Y su objetivo es que
haya odio entre el mundo musulmán y demás creencias religiosas. Provocarán
fuertes estallidos inhumanos. El grupo rebelde EI, es y será utilizado para
encender la mecha de una pólvora que al estallar, solamente lo hará entre
credos religiosos. Aunque, la real razón, está detrás de esas acciones
manipuladas por grandes intereses, ajeno a dichos credos religiosos. Majestad,
debo confiarle que conozco por experiencia propia, una verdad sellada, tapiada
que está sobre mi cabeza como una espada a punto de caer. Escribí un libro, se
llama “Revelación de la Misteriosa Verdad” y allí, pude volcar un poco la tremenda verdad, que la mayoría del mundo
desconoce. Por eso estoy aquí,
dialogando con usted. Si desea, con placer podré profundizar más sobre dicho
tema. Pero debe actuar hoy Majestad. Mañana puede ser tarde. Repito: Majestad,
su vida está en peligro. No puedo decirle con exactitud día ni mes, pero sí que
está en peligro. Analice las consecuencias y para quién es más importante su
vida.
El silencio se hizo presente. La Mujer no bajó su vista
cuando los ojos durísimos del Rey Abdulá II quedaron fijos en su mirada. Luego
con voz seca habló:
-Deme pruebas. Presénteme las pruebas que respaldan sus
palabras.
La Mujer abre su bolso y mientras su mano está dentro del
mismo, mirando al Rey dice:
-No me desilusiona Majestad, al pedirme pruebas. Pensé que
las querría ver. Por eso las traje conmigo.
La Mujer extrae un libro y se lo entrega. El Rey Abdulá II lo
toma entre sus manos.